Hay diferentes tipos de padres ausentes, diferentes historias, diferentes recuerdos, diferentes versiones, esta es la mía, solo una historia de muchas. Es solo una parte de la historia, pero sigue siendo mi historia, mis recuerdos y mis emociones, a veces felices otros tristes, pero, aunque estuviste en una parte de mi vida no puedo evitar que me duela el que no hayas formado parte de toda ella.
Me amaste lo suficiente para sentirme querida, me amaste lo suficiente para no quedarte y me amaste lo suficiente para no ser prioridad en tu vida o por lo menos para sentirlo así. Te ame por ser mi padre, te ame porque te quería para toda mi vida no solo para momentos selectos, te amo por los hermanos que me diste que pueden tener una versión de un padre que yo quise.
Crecí y tus olvidos me hicieron amarme lo suficiente para protegerme, alejarme y solo amarte lo necesario, solo amarte por respeto a ti, por mis hermanos, por tu participación en mi crianza y en mi forma de ser. Mientras tú me amas lo suficiente, por mi bien, yo solo te amo lo necesario.
Como dije esta es solo una parte de la historia, solo un punto de vista, pero es igual de importante que el tener la historia completa, porque es mi historia, mi versión. Y nada puede cambiar eso.
Era la niña de tus ojos, y tú eras el héroe de mi historia, hasta que dejaste de serlo, tus olvidos, tus desaires me hicieron crecer, cambiar y desconfiar, el rol que antes tenías como héroe se esfumó, y para mí ahora solo una persona cumple y supera ese rol, mi heroína, mi guerrera, mi mama, alguien que también tuvo una historia diferente contigo, pero fue la que se quedó, la que nos sacó adelante y a pesar de los roces que tengamos como toda madre e hija y las diferentes perspectivas, puedo decir con sinceridad que ya no soy la niña de papa, sino que soy la orgullosa niña de mama.
Te amo a pesar de tus olvidos, te amo a pesar de tus desaires, te amo a pesar de tus promesas no cumplidas, te amo a pesar de nuestras diferencias y te amo a pesar de no defenderme de opiniones ajenas. Pero me amo más a mí, me amo lo suficiente para curarme de tu amor a medias, me amo lo suficiente para ser neutral y amarte solo por respeto a las cosas buenas de nuestra historia.
Para un padre ausente que solo estuvo la mitad de su tiempo conmigo, solo cuando le era conveniente, por todo lo que me enseñaste lo bueno y lO malo, por no llenar mis expectativas de niña, porque me enseñaste a valerme por mí misma, a creer más en acciones que en palabras y a no esperar más de lo que te demuestran.
Por todo eso te amo y por todo eso te doy las gracias.
Así que cuando pregunten si te enorgullece tu hija, responde que si porque a pesar de tú ausencia o de tu poco tiempo dedicado a mí, si formaste parte de mi crianza y de mi forma de ser, así que siéntete orgulloso de la mujer independiente y valiente que soy.
Con amor hija de un padre ausente o un padre a medias.
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