Debemos enseñar a nuestros hijos que los hermanos no son solo lazos de sangre — son refugios, fortalezas y eternos compañeros de viaje.Entre ellos no debe haber espacio para la competencia, sino para los aplausos sinceros, los abrazos silenciosos y las manos tendidas en los días difíciles.
Debemos enseñarles que, cuando uno caiga, el otro será su apoyo.
El amor entre hermanos no se mide, no se exhibe — se vive, se protege, se honra.
Cuídense unos a otros como quien cuida un tesoro.
Hoy, mañana… y aún cuando solo queden como recuerdos en la vida del otro.

Cuando una mujer espera que cambies…
Cuando una mujer se queda esperando que cambies, no solo te está dando amor, te está dando devoción. Lealtad. Fe en el hombre que podrías
