Por: Estefanía Cantoral
No cabe duda que Mamá es una de las personas que más ha hecho por nosotros, por lo que agradecerle no es extraño. Tampoco es una sorpresa que por todo el mundo celebremos el Día de las Madres. Como bien sabemos, esta conmemoración tiene fechas tan distintas como el 21 de marzo en Egipto o el 15 de agosto en Bélgica, pero lo más común es que se celebre el 10 de mayo. Cabe resaltar que el origen de esa fecha se remonta a la Grecia antigua, donde se instauró el Día de las Madres en honor de ‘Rhea’, quien también era conocida como ‘la madre de los dioses’, así lo indica el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres)
Origen del Día de la Madre
El origen contemporáneo del Día de las Madres es de la activista Julia Ward Howe. En 1872, Howe sugirió la creación de la festividad como una forma de unir a las mujeres y abogar por la paz. Sin embargo, el reconocimiento oficial del Día de la Madre se logró hasta 1907 gracias a Anna Jarvis, ya que ella fue quien realizó la primera celebración en honor a su propia madre, Ann Reeves Jarvis. En 1914, el entonces presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, firmó un proyecto de ley para reconocer el Día de la Madre de Jarvis como una fiesta nacional.
¿Cómo surgió el Día de la Madre en México?
En el caso de México, el Día de la Madre surgió en 1922 gracias a la iniciativa de José Vasconcelos, entonces Secretario de Educación Pública y Rafael Alducín, periodista y fundador del medio ‘Excelsior’, quienes se pusieron de acuerdo para instituir un día específico para prestar homenaje a las madres.
Asimismo, inspirado en las celebraciones en Estados Unidos, el 13 de abril de 1922 Alducín lanzó una convocatoria en la primera plana de su medio para solicitar al gobierno la institucionalización de un día al año dedicado a las madres mexicanas. Según al documento publicado por la Secretaría del Desarrollo Urbano y Vivienda de CDMX, el diario “Excelsior” publicó lo siguiente: “Excelsior pretende que el diez de mayo de todos los años sea consagrado por los hijos a enaltecer en ida o en memoria a quienes les dieron ser”.
Ante ello, años después, Manuel Ávila Camacho, entonces presidente de México, colocó la primera piedra del Monumento a la Madre en Ciudad de México. Este monumento fue instaurado en 1949 por el presidente, Miguel Alemán Valdés, junto a una placa de bronce con la frase: “A la que nos amó antes de conocernos”.