Por: Dr. Christian Rodriguez Cerroblanco. Pediatra
La fiebre puede ser un mecanismo defensivo frente a una determinada infección, facilitando la respuesta inmune o inhibiendo el crecimiento de un virus y bacterias.
Hay muchas razones por las cuales un niño puede tener fiebre.
Las más comunes son las infecciones víricas, agudas y benignas, como las respiratorias, que suelen ir a acompañadas de tos y mocos; las gastrointestinales, que cursan con vómitos, diarrea y dolor abdominal; o las urinarias, con vómitos y rechazo de alimentos.
Se considera que un niño tiene fiebre cuando:
La temperatura está por encima de los 37,1ºC.
Hasta los 38,1ºC hablamos de febrícula.
Si alcanza los 38,5ºC es fiebre leve.
Hasta los 39º C es moderada.
Por encima de 39º, es alta.
Si la fiebre no se quita o se mantiene por encima de 39,5ºC, será necesaria una valoración del pediatra.