Cuando pensamos en la adolescencia a muchos de nosotros se nos viene a la mente desde diversión y alegría, hasta miedo e inseguridades, al mismo tiempo. La verdad es que la adolescencia es una etapa complicada no sólo para el propio adolescente sino también para los padres, ya que para los adolescentes esta etapa es nueva y desconocida y para nosotros, los padres, a pesar de que ya fuimos adolescentes, es nueva en referencia a los hijos, a ser padres de adolescentes.
Algo que sucede en los padres es que se nos olvida que también fuimos adolescentes, es como si se nos borrara esta etapa y nos centráramos en sólo poner límites, lo cual no está mal pero hay que saber cómo y cuándo. Recordemos que en la adolescencia nuestros hijos aprenden a conocerse, aprenden a ser ellos mismos, aprenden a tomar decisiones y a asumir las consecuencias de ellas, buenas o malas.
El cometer errores, tener opiniones diferentes a las de nosotros, fracasar, enamorarse, todo es parte de la adolescencia, de aprender y madurar. Nos guste o no, ellos empiezan a crecer y a ser independientes. Lo mejor que podemos hacer como padres es, apoyarlos, escucharlos, estar ahí para ellos cuando nos necesiten. Los adolescentes que se sienten con toda la libertad de contarles a sus padres sus miedos, deseos, fracasos, gustos, experiencias, sin temor a ser juzgados, castigados o rechazados, tienen muchas más posibilidades de convertirse en adultos felices y seguros de sí mismos que aquellos adolescentes que sienten la necesidad de ocultarle todo a sus padres.
Así que el verdadero reto como padres de adolescentes, es mantener las vías de comunicación siempre abiertas. Hablar de todos los temas que ellos requieran, sin sermonearlos, sino explicando nuestra postura u opinión pero siempre sin menospreciar sus sentimientos ni sus pensamientos. Siempre respetándolos y escuchándolos. Si hay que suspender la conversación porque se está acalorando la situación, adelante, y retomarla días después. Si hay que buscar ayudar con algún especialista para abordar cierto tema, adelante. Todo se vale cuando se trata de nuestros hijos y de su bienestar.