Por: Andrea Torre
Todos hemos vivido historias diferentes en nuestras vidas. Nos hemos encontrado con experiencias que nos han hecho sentir ser los mejores y en cambio otras nos han hecho sentir más mediocres. Esa diferencia entre una y otra es abismal y lo que marca esa diferencia no es nada más y nada menos que el desarrollo de distintos hábitos, hábitos que nos ayudan a triunfar en nuestra vida. Recuerda, que la cantidad y la calidad de cada hábito de éxito que ejecutes definirán la altitud de tu nivel de éxito.
- Fijar meta: Toma una pluma y papel y empieza a escribir tus metas diarias, semanales, mensuales e incluso anuales. Sin unas metas que nos dirijan en la vida y sin algo tangible para trabajar, estaremos perdidos.
- Establecer buenos hábitos a diario: Estos hábitos son los cimientos del éxito. Las personas exitosas tienen muchos hábitos buenos y pocos malos. Y, ¿qué hábitos consideramos buenos? Entre estos se encuentran ver poco la televisión, leer mucho, estar formándose continuamente, por ejemplo. En definitiva, estos hábitos son la mejor forma para aprender de otros y evitar errores que podríamos cometer.
- Hacer ejercicio: Practicar ejercicio te convertirá en una persona más energética y a la vez más productiva. Además, con el deporte, no solo conseguirás un mejor físico y una mayor autoestima, sino que también te enfrentarás a situaciones más retadoras que antes.
- Alimentar el alma, la mente y el cuerpo: Cuando digo que hay que alimentar al cuerpo, me refiero a que hay que darle placer, seguridad, resguardo y muchos más mimos de este tipo. En cuanto alimentar a la mente y al alma no es más que rodearnos de personas afines a nuestra forma de pensar, ten en cuenta que las grandes amistades te pueden ayudar a alcanzar tus metas más rápido; también, hay que hacer lo que realmente nos gusta y dedicar nuestro tiempo a cosas que nos hagan feliz de verdad.
- Relajarse y tomarse descansos de vez en cuando: Las personas que creen que descansar es no ser productivo, son menos productivas. Hay que saber parar en el momento en que la mente está agotada. Lo ideal sería llegar a un equilibrio entre trabajo y descanso para aumentar tu productividad.
- Planear y priorizar: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Haz una lista de cosas que tengas que hacer y realiza las más importantes, no pases a la siguiente sin haber terminado la anterior, persigue tu objetivo hasta conseguirlo, cueste lo que cueste. Y establece límites de tiempo para llevar a cabo la tarea.
- Administrar el dinero: Tendemos a gastar dinero en cosas innecesarias (Smartphone, dispositivos electrónicos u otras cosas de valor) y a vivir por encima de nuestras posibilidades. La solución a esto es cambiar esta mentalidad consumista a una mentalidad con miras a invertir. Gastar tu dinero de esta forma inteligente, hará crecer tus inversiones considerablemente.
- Conocer tus fortalezas: Todos tenemos fortalezas y debilidades, o defectos y virtudes. Para alcanzar el éxito es esencial potenciar esas fortalezas que todos tenemos, y que a veces escondemos, y mejorar las debilidades para que o te limiten o frenen.
- Mejorar tus capacidades: Enfócate en cómo puedes superarte y ser mejor de lo que ya eres.
- Visualización: Mejora la imagen que tienes de ti mismo y del mundo que te rodea para que tus metas crezcan hacia objetivos más altos. Las personas tienden a tener pensamientos pesimistas del tipo: “no soy suficientemente bueno en esto” o “no soy capaz de esto”. Estos pensamientos nos limitan y nos desaniman, pero francamente lo que te limitan no son estas percepciones, Un buen ejercicio para visualizarme como yo quiero es escribiéndolo y visualizando la forma en que actuaré en los momentos más difíciles. Repitiendo este proceso, poco a poco esos pensamientos se convertirán en realidad.