Por: Rosario Cárdenas
Quizá no hay nada más doloroso en una relación de pareja que una infidelidad; es una traición que rompe la confianza y destruye un lazo de unión y compromiso que se había pactado y que puede por tanto provocar crisis, no sólo en la dinámica de dos, sino afectando personal y emocionalmente a quien fue herido. Fidelidad y comunicación son dos de las cosas más importantes en toda relación; verdad, constancia, cumplimiento y responsabilidad. Una relación de pareja es un pacto implícito donde encontramos afecto, respeto y crecimiento. Si no hay estabilidad, si no hay satisfacción, si se cae en una traición como la infidelidad y la sintonía se rompe.
Es importante primero entender que hay muchos tipos de infidelidad y no se limita a la más evidente, la relación íntima o física con una tercera persona. No todas las infidelidades son iguales, aunque todas tienen que ver con la traición hacia la otra persona. Es como suceden lo que ha llevado a trazar clasificaciones. Entre las más conocidas están por ejemplo la infidelidad directa, aquella deliberada y planeada de relación íntima con un tercero, la infidelidad virtual, un acercamiento con alguien más a través de internet, o la infidelidad emocional, en una relación afectiva, aunque no física, con otra persona.
Infidelidad Obligada: Considerada como aquella que realizan las personas de baja autoestima y que no se sienten queridas en su relación. Significa que la persona busca en la infidelidad algo que no tiene en su relación. Esto no quiere decir que esté justificada, simplemente recibe un nombre especifico a partir de lo que la motiva, en este caso, una insatisfacción grande con la relación actual, que empuja a querer encontrar ese apoyo y afecto en alguien más. Además se busca aprobación y deseo de alguien más, independientemente de lo que la persona sienta hacia su propia pareja, incluso si fuera amor o apego de verdad.
Si la relación dañina ha provocado heridas, hay que trabajarlas para sanar personalmente, pero no sosteniéndose en el afecto de alguien más sin primero haber abordado la situación actual. Si la relación es tóxica, hay que pararla, pero la infidelidad, en este o cualquier otro escenario, nunca es la respuesta.