Carta a papá

PAPA, los años han pasado y tus pasos van mas lentos, pero no importa, porque te recordaré corriendo detrás de mí, tirándome la pelota y alzándome en tus brazos para recibirme con un beso que me hacia sonreir.

PAPA, aunque sé que la familia no se escoge, agradezco que tú y mamá sí decidieron por mí, por mi vida y mi bienestar, por eso hoy puedo afirmar que si tuviera la oportunidad volvería a escogerte una y otra vez. Pues tú con tu firmeza y amor incondicional me ensenaste a amar en un mundo de odios; me enseñaste a valorarme en medio de los estigmas sociales que lo hacen más complejo, me educaste para levantarme después de una caída y a secarme las lágrimas después de llorar porque con tu humor y chistes malos me hacías olvidar el dolor.

Hoy papá quiero agradecerte por las cosas que al principio no entendi.

Por los castigos y regaños que eran necesarios, porque sin ellos no habría distinguido el camino del bien y del mal.

Hoy quiero decirte que te amo y que me has enseñado todo menos a vivir sin tu amor y protección.

Hoy también quiero decirte igracias! porque estuviste a mi lado siempre, dejando a un lado tus necesidades para satisfacer las mías. Valoro mucho cada día y cada recuerdo… tu ejemplo de responsabilidad y valentía al realizar tu trabajo cuando salías muy temprano de casa y a la vez, la seguridad de verte cada tarde después del colegio dejó huella en mi memoria y en mi corazón.

Sé que ser padre es una labor muy difícil, pero tú la hiciste hermosa, hiciste de mí un hi@ que te ama y que a pesar de los errores que he cometido y las injusticias a las que te he sometido, ha hecho su mejor esfuerzo para llenarte de orgullo y para hacerte sentir en tu corazón que ha valido la pena cada noche de desvelo con mamá, cada problema resuelto y cada sacrificio que como un buen padre hacías.

Hoy, después de tantas pataletas de pequeñ@, entiendo por qué los domingos en familia eran tan importantes e inaplazables, porque gracias a tu insistencia por estos espacios comprendí que estar juntos lo es TODO y que en eso consiste la verdadera riqueza, antes solo los disfrutaba, hoy los valoro, los agradezco y los entiendo…

Me enseñaste a obedecer y a confiar; a renunciar a ciertas cosas que me llevaron a ser la persona que hoy soy, a confiar en que tus “no” y en tus límites, pues me señalaron el camino que conduce a la verdad. Por eso y por todo el amor que siempre me diste, me das y me daras

¡GRACIAS PAPÁ!