La mayoría de nosotros sabemos que el día 8 de marzo se conmemora el Dia Internacional de la Mujer en todo el mundo. Pero…si crees que es un día para festejar o felicitar, permíteme decirte, que no, éste es un día para conmemorar. ¿Y qué es conmemorar? Conmemorar es recodar un acontecimiento histórico o a una persona destacada mediante la celebración de un acto solemne, es servir como un homenaje o recuerdo. Así que ésta fecha es especial pero no para recibir rosas, flores, chocolatitos o regalitos, sino por que resalta la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y el ejercicio efectivo de sus derechos. En el incidente suscitado en una fábrica de textiles, el 8 de marzo de 1908, las mujeres reclamaban la igualdad salarial, la disminución de la jornada laboral a 10 horas, con derecho a un descanso semanal los domingos. Además, defendían derecho a la lactancia, es decir que pudieran amamantar a sus hijos recién nacidos en las instalaciones de la fábrica. La verdad, no se me hacen nada locas ni fuera de lugar sus peticiones, pero al dueño sí le parecieron así. Así que, mano en la cintura, tan fácil como cualquier otra cosa, mandó cerrar las puertas de la fábrica y provocar un incendio para que dejaran a un lado sus reclamos y protestas y se fueran del lugar.
Obviamente no se logró eso y el fuego se salió de control, las mujeres murieron. Muchos, pero muchos años después de marchas, protestas, reclamos, huelgas, finalmente en diciembre de 1977, la Asamblea General de La Organización de las Naciones Unidas proclamó el 8 de marzo como el Dia internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Increíble, ¿verdad? Y triste, muy triste porque lamentablemente la lucha continúa, nosotras las mujeres aún reclamamos una sociedad más equitativa y con más igualdad de género. La igualdad y la no discriminación entre hombres y mujeres no se logrará de un día para otro, de la noche a la mañana, ni si quiera por decreto, sino que debe de ser el resultado de cambios graduales, en los valores de nuestra cultura y en nuestra sociedad. Y te dejo unas preguntas para considerar, ¿qué haces tu para generar este cambio? ¿O qué puedes hacer? ¿Cómo puedes accionar tú el cambio? Todo comienza en casa.
