Muchos de estos síntomas se prevé que crezcan o aparezcan en los próximos años, o que por su relación con otras problemáticas se acaben desarrollando.
- Mortalidad cardiopulmonar: la presencia de partículas y la alta concentración de ozono tóxico puede llevar a la muerte.
- Agravamiento de enfermedades respiratorias: aquellas personas más propensas, por ejemplo, a sufrir asma, padecerán esta enfermedad en los próximos años como consecuencia de la mala calidad del aire, entre otras. Asimismo, aparecerán más enfermedades alérgicas por exposición a los aeroalérgenos.
- Más transmisión de enfermedades por los alimentos y el agua: el aumento de las temperaturas aumentará también las enfermedades del agua, ya que el frío inhibe el crecimiento y la reproducción de microorganismos. Por ello se trata de un efecto indirecto. Lo mismo ocurrirá con los alimentos. Se prevé que aumente, por ejemplo, el riesgo de diarrea entre un 8 y 11%, la cual, en algunos lugares y bajo algunas circunstancias puede ser mortal.
- Dispersión de enfermedades:debido al cambio de las temperaturas, la movilidad de ciertas bacterias, virus… será mayor, pues encontrarán más escenarios geográficos en los que proliferar. También variará la estacionalidad de estas enfermedades.
- Transmisión de enfermedades por vectores: de nuevo, por el clima cálido, se estima que el número de personas infectadas por malaria en Sudamérica suba de 25 millones en 2020 a 50 millones en 2080.

Caída de cabello
La pérdida del cabello (alopecia) puede afectar solo al cuero cabelludo o a todo el cuerpo, y puede ser temporal o permanente. Puede ser el